El examen citológico del líquido obtenido de las cavidades serosas es una de las prácticas más habituales en citopatología. La utilidad diagnóstica es establecer la causa del derrame cavitario.
Cualquier neoplasia puede afectar a las serosas y manifestarse como una efusión maligna. El grupo de adenocarcinomas de mama pulmón ovario y tracto digestivo son con mucho los más frecuentes. Muchas efusiones ocasionales con cáncer son resultado de un mecanismo indiscreto así los trasudados que resultan de la obstrucción venosa causada por el tumor o el exudado que se desarrolla como resultado de los cambios inflamatorios secundarios o la presencia del tumor en un órgano. En estas situaciones no se encontraron células malignas en las efusiones cuando las efusiones contienen células malignas estas pueden variar considerablemente en número.
Las células pueden mostrar los clásicos caracteres de adenocarcinoma grupos cohesivos con contornos redondeados células grandes con núcleo excéntrico prominente nucléolo e citoplasma vacuolado.
En teoría la identificación de células malignas en las efusiones debe de ser fácil. Una vez identificadas las células mesoteliales la presencia de una segunda población celular debe permitir hacer el diagnóstico de malignidad. En la práctica presenta dificultad por las variaciones morfológicas de las células mesoteliales.